La Marca: un Activo en Movimiento
Hasta finales del siglo XX, la sociedad aún conservaba la equívoca creencia de que el registro de marcas era una actividad reservada exclusivamente a las grandes compañías. Los empresarios, tradicionalmente, solían limitarse a exaltar la importancia de la obtención de activos físicos (terrenos, maquinaria, etc…). Hoy en día, factores en auge, como la globalización de la economía, han servido de motor para que los derechos de propiedad industrial sean objeto de incumbencia de las pequeñas y medianas empresas e, incluso, de comerciantes independientes y artesanos.
Las marcas son el medio que utilizan los empresarios para identificar sus productos o servicios de los de la competencia. Es la manera como son reconocidos por su clientela.
Una marca es un activo intangible, el cual, en muchas ocasiones, llega a convertirse en el más valioso de una empresa. Esta, a su vez, desempeña un rol determinante en el desarrollo del objeto social de las compañías, a tal punto de llegar a erigirse en un activo con un valor exorbitante.
Tal es el caso de marcas mundialmente acreditadas, como Nokia, Coca-Cola, Microsoft, Nintendo, Facebook o Disney, cuyos valores están expresados en miles de millones de dólares. Ello, sin dejar de lado la correlativa presencia de marcas reconocidas, algunas a nivel latinoamericano, que distinguen productos o servicios de empresas colombianas, tales como Bancolombia, Jet, Margarita, Totto e ISA, entre otras.
La marca, desde el mismo momento de su registro, se convierte en un activo que, de acuerdo al manejo de una sociedad y su crecimiento gradual, aumenta su valor, muchas veces, de manera desmesurada, como es el caso de la marca Google, la cual fue creada en el año 1998 por dos estudiantes de doctorado en ciencias de la computación de la Universidad de Stanford y, en la actualidad, a tan solo once años de su nacimiento, es, indudablemente, una de las cinco marcas más valiosas del mundo.
En Colombia, el reconocimiento a la importancia de obtener el derecho al uso exclusivo de una marca por parte de las microempresas, así como de las pequeñas y medianas empresas, se ha reflejado en la base de datos inherente al registro de marcas de la Superintendencia de Industria y Comercio, Entidad encargada de velar por el reconocimiento oportuno de los derechos de propiedad industrial a través de instrumentos como el registro de signos distintivos (marcas, lemas comerciales, denominaciones de origen, entre otros), donde se observa que, en la última década, a contrario sensu de lo que ocurrió, por regla general, en el siglo XX, la mayor parte de las solicitudes de registro marcario son incoadas por empresas colombianas, las cuales, frecuentemente, son Mipymes.
Lo anterior, es fruto de la sensibilización de los empresarios, la cual ha sido promovida por organismos pertenecientes a todos los ámbitos de la sociedad, tales como el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de sus entidades adscritas; las cámaras de comercio; las universidades y las personas naturales y jurídicas que ejercen diariamente sus actividades en lo que se refiere a la protección de los derechos de propiedad industrial de las personas.
Entre las numerosas ventajas que adquieren los empresarios colombianos al registrar una marca, se pueden mencionar las siguientes:
- La facultad de disponer de un elemento diferenciador que pone en valor un producto o servicio, así como la imagen de la empresa,
- La posibilidad de tener un instrumento de publicidad, el cual se constituye en la herramienta de publicidad por excelencia,
- La aptitud de impedir el uso de aquella por parte de terceros que quieran aprovecharse indebidamente de su prestigio,
- Protección en toda la República de Colombia y la posibilidad de extenderla, con facilidad, a otros países,
- La facultad de otorgar licencias y conceder franquicias,
- La viabilidad de garantizar créditos con su marca y,
- La posibilidad de ceder los derechos sobre aquella.
Por todo lo anterior, el registro de una marca, el cual se instituye como un requisito sine qua non para obtener el derecho a su uso exclusivo, más que un procedimiento sencillo, ligero y económico, debería constituirse en el pilar fundamental de todas las empresas, puesto que los beneficios de obtener derechos de propiedad industrial son incalculables, más aún, teniendo en cuenta que detrás de cada empresa hay personajes que le imprimen a su portafolio marcario un estilo propio, toda vez que para las personas que habitualmente están en contacto con las marcas, estas son seres que nacen, crecen y se reproducen, cuyo valor aumenta día a día, sin tregua, de acuerdo al carácter y a la tenacidad de sus titulares, quienes son los únicos encargados de velar por el desarrollo y la estabilidad de aquellas en el mercado de bienes y servicios.